La película “Flow, un mundo que salvar” es una apuesta. Como lo fue ir a verla sin tener apenas referencias. Una película de animación, letona, sin diálogos y donde los protagonistas son animales. Eso sí, con nominación a los Oscar en su categoría de animación, pero incluso películas con numerosas nominaciones (léase “The brutalist”) se pueden hacer muy largas y pesadas.
El experimento resultó del todo acertado. “Flow” es una maravilla de película que nos sumerge en un planeta en apuros en el que los animales deberán resolver el nuevo escenario de un mundo bajo las aguas. De la mano de un gato negro, y de otros compañeros animales, descubriremos cómo irán superando situaciones nuevas con inteligencia, empatía y colaboración.
Gints Zilbalodis, el director (también de “Away” en 2019), consigue una película redonda, capaz de atrapar a todas las edades, con ritmo, inteligente y emotiva. Una historia llena de magia, con una naturaleza desbordante, con un juego de cámara totalmente inmersivo. Estaremos ahí, con ellos, sumergidos en la naturaleza, fluyendo en el agua, luchando por salvarnos en un medio hostil.
Con un Globo de Oro ya en el bolsillo, no será extraño verlo recoger el Oscar en Los Angeles, esa ciudad que acaba de experimentar el mismo dolor descrito en la película, en su caso por un fuego devastador. Anegados por el agua, devastados por el fuego… señales de un mundo que necesita que entre todos lo salvemos, y nos salvemos.

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