Hace unos días publicamos en las redes sociales una foto de la hermana Zippel, del colegio de Michigan (USA) ayudando a leer a un niño. Los 90 años de diferencia entre ellos, y la ternura de ese instante, fueron una oportunidad para preguntar a nuestros seguidores sobre alguna experiencia parecida. Las respuestas fueron muchas y de diversos países, y todas ellas muy entrañables. Compartimos aquí algunas de ellas:
Julia: “Muchas y estupendas, pero para mi, la Madre Úbeda.”
Mari Paz: “Tengo varias: la madre Choca,la madre Pérez y la madre Fernández Morrell en la Habana hace mucho. ¡Dios las bendiga!”
Covadonga: “Nuestra querida Querubina de Rosales en Madrid!”
Consuelo: “Todo el mundo que conocí en especial la Hermana Josefa de la Hera Pérez. Ahora soy profesora y escucho pacientemente a mis alumnos como ella me escuchaba a mí. Desde aquí le mando un fuerte abrazo y mi eterno agradecimiento.”
Jez: “Mil gracias a todas las religiosas , en especial las que estuvieron en Jaén (Perú)”
Patti: “La madre Pilar de Alós (Barcelona). Entrañable y cariñosa, ejemplo en vida del espíritu del Sagrado Corazón”
Marilú: “Para mi muchas de mis queridas madres dejaron una huella en mí. Pero a la que recuerdo especialmente fue a mi maestra de Clase Superior. La madre Carmen Labarthe. Una persona exigente pero al mismo tiempo cercana. Sumamente culta. Imprimió en mí el sello del Sagrado Corazón que va conmigo a lo largo de mi vida. ¡Mil gracias hasta el cielo!!”
Berta: “La comunidad de Grand Coteau (Luoisiana) en los años sesenta. ¡Qué mujeres ejemplares! Generosas, comprensivas, cultas, verdaderamente cristianas…Qué gran privilegio el haber sido formada por ellas.”
Monica Graciela: “La Madre María Basa,no voy a olvidarme de ella.Un abrazo grande para todas!!”
Manoli: “Gracias a todas porqué mencionar a una o dos es poco. Todas dejaron su huella en nuestras vidas. Gracias por haber estado ahí. Algunas ya en el cielo seguro nos siguen cuidando.”
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