He vivido una experiencia enriquecedora y un compartir de hermanas viviendo el mismo momento y la misma riqueza espiritual. La asamblea estaba muy bien preparada y en ningún momento la lengua fue un impedimento. Vuelvo con el corazón agradecido y lleno de rostros.  

La dinámica de los días de la asamblea nos permitió relacionarnos y hablar de temas importantes de una manera sencilla y experiencial.  

La acogida y detalles con nosotras han sido constantes. Desde el momento de recogernos en el aeropuerto hasta el día de la vuelta hemos sentido la delicadeza para hacernos sentir en casa y lo han conseguido.  

Pudimos conocer de cerca algunas de sus actividades apostólicas. Me gustó especialmente conocer el centro de espiritualidad, lo bien cuidados que están los espacios y la manera de llevarlo. Está en el mismo espacio de la casa provincial y es llevado por dos hermanas que viven allí. Acompañan personal y espiritualmente a personas interesadas y organizan retiros y diferentes actividades con el objetivo del encuentro con ellos/as mismos/as y con Dios.  

El último día tuvimos oportunidad de conocer la ciudad de Varsovia. Había muchos trazos en sus monumentos y  esculturas de la historia vivida, que todas  conocemos. En la narración, cuando nos enseñaban la ciudad, descubría valentía, orgullo e identidad de pueblo. 

Esta imagen de la Virgen con un niño en brazos cargando un fusil me conmovió y la lucha de un pueblo por la defensa de su fe y su identidad con una mirada siempre hacia adelante.  

experiencia en Polonia de Teresa Romo rscj
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