Esta película es una historia esencialmente humana, donde las lágrimas y las sonrisas llegan al alma, porque además de muy humana es real.
Los hechos se basan en la vida del naciente barrio de Torre Baró, en Barcelona, a donde llegan emigrantes extremeños y andaluces expulsados por un sistema enquistado que no les da oportunidades. Hasta Barcelona llega un grupo de ellos que se instala en un barrio alejado del centro, en unos terrenos robados a la montaña, de difícil acceso… en unas casas edificadas de noche, con el techo construido al amanecer.
En un país postfranquista y predemocrático, las dificultades para mejorar aquel barrio son muchas, y los problemas aumentan con los años. Algunos abandonan, y otros se empeñan en mejorar la vida comunitaria. Entre ellos, Manolo Vital, un conductor de autobús que toma conciencia de la necesidad de que el autobús que él conduce, el 47, y que tiene final en la Guineueta, complete su trayecto hasta Torre Baró. Pero la cuesta pronunciada, el trayecto sin asfaltar… no favorece que las autoridades tomen en serio esta petición.
Manolo Vital no se conforma con una negativa y el 7 de mayo de 1978 decide demostrar que su autobús puede subir hasta Torre Baró y comunicar ese barrio alejado y de difícil acceso con el centro de Barcelona. En una acción repleta de orgullo, apoyada por todos sus vecinos, un gesto personal se convierte en un triunfo colectivo.
Una película de Marcel Barrena (“100 metros”, “Mediterráneo”) que sigue con su empeño de presentarnos historias reales y conmovedoras, con una interpretación excelsa del camaleónico Eduard Fernández, nos sitúa ante una gran relato de gente pequeña: sus sueños, sus anhelos, sus fracasos y algún triunfo que, como el del autobús, les devuelve respeto y dignidad.
Me parece muy interesante, porque son estas las películas que reflejan la vida de los pobres que luchan por conseguir sus derechos.
Muchas gracias Teresa por la reseña del «El 47».
Ver la película es revivir aquella realidad que, de manera parecida vivimos en Valdefierro y se vivió en otros lugares a los que llegaban emigrantes del campo en busca de una oportunidad para una vida mejor.