El viernes 24 de octubre se estrenó la nueva producción de Alauda Ruiz de Azúa, “Los Domingos”, una propuesta que toca una temática poco habitual en el mundo del cine: el discernimiento a la Vida Contemplativa de clausura de una joven de 17 años de Bilbao, protagonizada por Blanca Soroa (Ainara), que debuta en el cine nada menos que con esta controvertida apuesta de la directora que le ha merecido el premio Concha de Oro de San Sebastián de este año (2025), y que también cuenta con la gran actuación de Patricia Lopez Arnaiz.
La película desarrolla un drama familiar que gira en torno a la decisión de Ainara de hacerse monja de clausura. A partir de aquí, se desencadena una serie de reacciones, encuentros y desencuentros entre miembros de su familia, provocando diálogos y discusiones que bailan entre la preocupación por la incomprensible y misteriosa decisión de esta adolescente de querer entregar su vida totalmente a Dios, y la proyección sobre ella de los propios miedos e incertidumbres que se despiertan en cada uno de sus familiares.
Alauda Ruiz de Azua, con su ingenio y acierto, aborda con gran finura el mundo de las opciones y decisiones vitales, tantas veces sesgadas social y culturalmente, pues mientras todo parece centrarse en la inusual decisión de Ainara de hacerse monja, sin embargo, se va desvelando el drama que vive cada uno de sus familiares en lo concreto de su vida, con un realismo apabullante, provocando continuamente en el espectador la difícil, pero ineludible pregunta sobre cuál es en realidad la opción vital correcta, ¿cuál es el camino que nos lleva a una vida plena y feliz? ¿qué es lo correcto y lo incorrecto?, y en un mundo bastante secularizado, no es despreciable la pregunta ¿y qué tiene que ver Dios en todo esto? Las cuestiones planteadas son muchas y todas quedan abiertas dejando que el espectador tome postura y saque sus propias conclusiones.
A lo largo de la película, también se puede disfrutar de una combinación espectacular entre diálogos apasionados y silencios densos, y de una fluida danza entre la fotografía y las propuestas musicales.
Una película indudablemente recomendable para todos, sobre todo, para aquellos que están abiertos y dispuestos a dejarse interpelar por un nuevo paradigma a la hora de leer la realidad y la propia existencia.




Me alegra mucho que hoy día se plantee esta cuestión de la vida entregada al Señor porque creo que va a favorecer que todos nos hagamos preguntas últimas. Que las resolvamos bien