Jn 3, 13-17 

Nadie ha subido al cielo si no es el que bajó del cielo: este Hombre. 
  Como Moisés en el desierto levantó la serpiente, así ha de ser levantado este Hombre, para que quien crea en él tenga vida eterna. 
  Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que quien crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él. 

evangelio 14 de septiembre con comentario de Pilar de la Herrán