Jubilada. Actualmente colabora en MigraStudium con clases de español a inmigrantes como voluntaria.
Jn 3, 13-17
Nadie ha subido al cielo si no es el que bajó del cielo: este Hombre.
Como Moisés en el desierto levantó la serpiente, así ha de ser levantado este Hombre, para que quien crea en él tenga vida eterna.
Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que quien crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él.

Los creyentes tardaron varios siglos en representar a Jesús en la cruz. Era una ignominia, un escándalo. Locura para los gentiles…dirá Pablo. Provocaba rechazo y espanto. Pero, a medida en que fue poco a poco reconocida la fuerza de la cruz, se fue reproduciendo y exhibiendo en todo el mundo. Para nosotros, fuerza de Dios.
La cruz es para los cristianos el signo de su fe. Representa la muerte de Jesús transfigurada a la luz de la resurrección. La cruz triunfa sobre la muerte. Es símbolo del amor de Dios que entregó a su hijo; es signo de vida resucitada, es signo de salvación, es signo de solidaridad con todos los crucificados de la tierra, con todos los muertos y con todos los matados, con todos los que mueren antes de hora.
“Orar a Cristo crucificado es un alivio para el corazón. Por otra parte, la cruz es símbolo de la compasión de Dios, presente entre nosotros como misericordia, no como juicio ni condenación. Él perdona a todos porque no sabemos lo que hacemos. Esa compasión es su palabra definitiva sobre la historia, que se abre así a la esperanza. Por eso, alzamos hoy los ojos hacia la cruz con una confianza plena puesta solo en Dios” (Patxi Álvarez)
Hoy nos acercamos confiadamente a la cruz de Jesús para ser salvados y salvadores con Él.
Gracias Pilar. Me siento muy hermana con tu comentario
Me gusta mucho tu escritito.
La Cruz es símbolo del Amor y la compasión de Dios