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Comentario de la liturgia

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domingo 24 de noviembre

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por Mariola López Villanueva RSCJ

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Evangelio: San Lucas 23, 35-43

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En aquel tiempo, las autoridades y el pueblo hacían muecas a Jesús diciendo: <<A otros ha salvado; que se salve a sí mismo si él es el Mesías de Dios, el Elegido>>. Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: <<Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo>>. Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: <<Este es el rey de los judíos>>. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: <<¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros>>. Pero el otro lo increpaba: <<¿Ni siquiera temes tú a Dios estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos ; en cambio, este no ha faltado en nada>>. Y decía: <<Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino>>. Jesús le respondió: <<Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso>>.

[/vc_column_text][vc_column_text]EVANGELIO DIARIO 2019 – Edit Mensajero – Librería Claret[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/2″][vc_column_text]

Recuerdo hace un par de años, en unos Ejercicios, que Darío Mollá nos hizo una exégesis sobre este pasaje que se me grabó. Nos decía que la petición del buen ladrón era la oración más hermosa que encontrábamos en el evangelio:

sin exigencias, sin urgencias, sin querer que suceda como nos parece mejor; sencillamente, <<acuérdate de mí>>, tenme en tu presencia. Y en la respuesta que le da Jesús se ve su cariño bondadoso con los pobres hasta el final. Muere vinculándose con ellos: <<Hoy estarás conmigo>>. Estar con Jesús es ponerlo en el centro de nuestra vida, en el centro real de nuestros deseos, decisiones y afectos. Eso es lo único que de verdad nos transforma. Porque está al lado, Jesús le <<salva>>. Es esa cercanía amorosa la que nos da sentido. Tras épocas en que la imagen de Jesucristo Rey del Universo acercaba a la Iglesia a los poderosos de este mundo, las palabras y los gestos del papa Francisco nos han ayudado a restituir esta imagen a su justo lugar: <<Los pobres, los mendigos, son los protagonistas de la historia… En mitad de un mundo que duerme agazapado entre pocas certezas, los humildes preparan la revolución de la bondad>>.

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