Junto a Mater

se aprende una forma de vida más unificada,

más sencilla, más consciente.

En el interior de su vida,

Mater toma distancia:

su mirada de fe descubre un sentido,

una continuidad, un camino.

Su mirada de fe la hace consciente

de la presencia del Espíritu en ella.

Esta conciencia es la fuente de su paz, pues le ayuda a distinguir los múltiples sentimientos y deseos del deseo fundamental.

A través de todas las circunstancias de su vida

Mater va madurando su SÍ a Dios

en una vida entregada,

fecunda porque unida al Hacedor y Liberador.

La Palabra de Dios junto a ella le ilumina el caminar.

Bernardita Prieto rscj